domingo, 16 de octubre de 2016

De vuelta...

No tengo perdón. Ni olvido. Más de tres meses con esta ventana cerrada, sin airear la casa, sin contar nada de lo que me pasa ni de lo que no. Que casi es lo segundo lo que predomina. 



Bueno, a lo mejor hoy estoy en modo agonías y de verdad verdadera que mi vida ha cambiado un poquitín desde el día 1 de julio, que se dice pronto, ya han pasado tres meses y medio desde la última vez que publiqué, señores. Va a ser que sí me he ido de vacaciones aventurillas con el parejo y que tenía previsto contarlo todo, con inicio de novela incluido, que en agosto estaba yo muy motivada para presentarme al premio Planeta y firmar en la Feria del Libro del año que viene. Así de fuertes y reveladores han sido mis vacaciones de este verano. Aunque de la novela no haya escrito ni una coma (aún). También es cierto que mis viajes por Europa se han intensificado, los de curro me refiero, y en lo que va de año he estado en 9 países, y me ha dado tiempo de repetir en alguno. Y oye, no voy a negar que he dejado de lamentarme un poco por las esquinas después de los 12 meses más tristes de mi existencia, aunque hay días en los que no me queda muy claro si es cosa del tiempo, de las hormonas, o simplemente de esa nostalgia que se ha atrincherado en mi corazón y ha hecho costra, días que me piden a gritos llorar bien alto acurrucada en el sofá con una mantita de las gordas encima, llorar hasta derrumbarme, llorar hasta reventar, llorar sin consuelo porque no hay consuelo posible, ni abrazos que me sirvan, ni ojos en los que reflejarme, ni ganas de compañía, ni lágrimas me quedan. 

Lo mejor es la lista de temas que metódicamente he ido anotando desde que empecé este blog, desde mis paseos y descubrimientos por esta granciudad que me mata cienes de veces y cada vez me engancha más fuerte, hasta los sentimientos que no me atrevo a plasmar, tantas cosas por contar... sin hilo conductor, un batiburrillo de chorradas varias mezcladas con retazos de una realidad que duele a ratos y saca una sonrisa re-torcida en otros, como la vida misma, al menos, como mi vida misma. 

Venga, le doy al botón de publicar con el firme compromiso de no dejarlo pasar tres meses más. 

Espero encontrarte al otro lado de la pantalla. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario